Programa de Magíster en Gerencia Pública de la UTEM desarrolla webinar internacional con mirada en perspectiva transversal de género
Autor: VRAC|
Al iniciar el evento, desarrollado a través de la plataforma Zoom con la participación de medio centenar de académicos y académicas y con 71 visualizaciones simultáneas en el canal oficial de Youtube de la Universidad, el Director del Programa de Gerencia Pública, Leonardo Gatica Villarroel, explicó que este webinar debía entenderse como una actividad destinada a la reflexión académica, ilustrada y pública, pero también como la necesaria introspección de cada uno de los participantes respecto al rol que a cada quien corresponde asumir para superar situaciones de desigualdad que existen en nuestros países.
Por su parte, la Vicerrectora Académica, Marisol Durán Santis, recordó que a inicio de los años 90 Chile comenzó a dar los primeros pasos con la implementación de la Perspectiva de Género en las Políticas Públicas, acentuados en la última década, lo cual ha permitido ciertos avances en corregir desigualdades e inequidades en materia de género y el fomento de la transversalidad entre los distintos estamentos del Estado, en el entendido de que la equidad de género es un bien público.
“Sin embargo, aunque todos conocemos la importancia de la institucionalidad y de las formalidades en el establecimiento de políticas y estrategias de transversalidad de género, también estamos conscientes de que ello no es suficiente, se necesita un cambio cultural, a través del cual todas y todos entendamos el sentido de la transversalización de género, por lo que significa en cuanto a equidad y derecho dentro y fuera de las instituciones”, subrayó la autoridad.
Las exposiciones centrales del webinar estuvieron a cargo de la Doctora en Ciencias Sociales Ana Laura Natalucci, investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas Técnicas de Argentina; y de la Doctora Jacqueline Sepúlveda, académica y científica chilena, profesora titular de la Universidad de Concepción.
En su presentación, la Dra. Natalucci relevó la importancia de tener en cuenta cómo pensar la participación de las mujeres, considerando las situaciones de desigualdad, que están atravesadas por distintas lógicas: de género, económicas, geográficas y etarias, entre otras.
En su opinión, es importante incorporar al debate la idea de interseccionalidad, en términos de racionalidad política, y ese sentido hizo un llamado a no homogeneizar a los colectivos de mujeres como si tuvieran un único perfil.
Según explicó, la propuesta de incorporar la idea de interseccionalidad conlleva a dos debates adicionales, el primero de ellos centrado en cómo se facilita la participación, que en no pocos países se procura resolver a través de los cupos de representación. El segundo debate gira alrededor del dónde tiene lugar la participación, marcada por la división sexual del trabajo y tendiente a expresarse en esferas que tienen que ver con el cuidado de otros.
“No es casual que las mayores actividades económicas donde las mujeres participan son el salud, educación, servicio doméstico”, comentó, tras precisar que las mujeres participan mayormente de trabajos informales, con baja remuneración y con bajos sistemas de protección social, y que la brecha salarial a nivel mundial es del 23 por ciento, llegando en algunos países al 45 por ciento y en América Latina es en promedio del 30 por ciento, según estadísticas de 2015.
Asoció la violencia de género a la dependencia económica de las mujeres en los hogares donde el jefe sigue siendo un varón, dependencia que les impide salir de esos espacios, y destacó el tiempo que las mujeres dedican al trabajo no remunerado, que en México y Costa Rica es de casi siete horas, mientras los hombres solo le dedican entre una hora y dos.
Invitó a repensar las desigualdades, a salir de posiciones que tienen que ver con una tendencia homogeneizante, que de alguna manera se pueda pensar en políticas más de tipo universal, pero que frente a los problemas estructurales de América Latina, y sobre todo frente los que se agudizaron en el contexto de la pandemia, sean consolidados, con una posición multidireccional, interseccional, y de escucha a las diversas necesidades y demandas que tienen las mujeres.
Por su parte, la Dra. Sepúlveda desarrolló el tema “La inequidad de género en la academia: una forma de violencia que subvalora e invisibiliza a la mujer”.
En el inicio de su presentación, enumeró los patrones de violencia: física, sexual, psicológica y cultural o estructural, poniendo énfasis en la última, como una violencia simbólica, que es la que sustenta el resto de las violencias visibles.
Precisó que la violencia simbólica se ve expresada en la subvaloración e invisibilización constante en todas las etapas de la vida de las mujeres y que enfrentan en las aulas, en sus casas, en sus lugares de trabajo, en las calles, en la web y en casi todos los espacios de la vida pública y privada que se traduce en desigualdad e inequidad de género.
Ilustró cómo se ponen de manifiesto las desigualdades desde la primera infancia y mostró las cifras de inequidad vertical en Chile, destacando que solo un 31 por ciento de las académicas tiene grado de Doctor, solo un 27 por ciento de los proyectos Fondecyt y Fondef son liderados por mujeres, solo un 16 por ciento de los centros de investigación son dirigidos por mujeres, tan solo el tres por ciento de las Rectorías en Chile están a cargo de mujeres y tan sólo existe una mujer Rectora elegida por sus pares (Universidad de Aysén).
Afirmó que a nivel mundial la participación de mujeres en investigación es baja, y que en el caso de Chile solo un 33,1 por ciento de las investigaciones son desarrolladas por mujeres.
Referente a los medios de comunicación, precisó estadísticas sobre la poca participación de la mujer como fuentes noticiosas y autoras de artículos, destacando que en Chile el 83 por ciento de quienes escriben en los principales medios son hombres.
Finalmente, luego de concluir que nos es lo mismo en Chile nacer hombre que nacer mujer, realizó algunas propuestas para emparejar la cancha, entre ellas considerar que no basta con la creación de Direcciones de Género o de decretos y con la paridad solo en cargos administrativos, ¡sino que se requieren mujeres liderando instituciones!.
Asimismo que son necesarias acciones afirmativas para la disminución de brechas en Ciencia y Tecnología, y cupos reservados o sistemas de admisión especial para la inclusión y promoción de mujeres en Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas como hoy lo tiene la Universidad del Bío Bío. “En fin, la inclusión y la equidad de género deben ser consideradas como criterio de calidad en las instituciones de educación superior”, enfatizó, tras sostener que “la equidad de género no se decreta, se practica”.
La dictación del Magíster en Gerencia Pública comenzará en abril de 2021, organizado por el Programa de Estudios de Políticas Públicas de la UTEM.