COLUMNA DE OPINIÓN N°8
Autor: VRAC|
Importancia de la Bioseguridad en el trabajo académico
Dra. Paulina Sierra Rosales |
En el quehacer universitario la bioseguridad no es solo un conjunto de normativas y prácticas destinadas a proteger la salud humana y el medio ambiente, sino un compromiso con el desarrollo sostenible. Dado que las instituciones académicas son centros de producción de conocimiento, es su responsabilidad fomentar un comportamiento seguro, saludable y sostenible, que permita el avance científico y que contribuya a la comunidad y la biodiversidad.
La bioseguridad implica un enfoque preventivo que minimiza los riesgos asociados a la manipulación de organismos biológicos y sustancias peligrosas en los laboratorios y otros entornos académicos. Una adecuada implementación es fundamental para evitar accidentes que puedan tener consecuencias irreversibles para la salud pública, el medio ambiente y la comunidad científica. A través de protocolos de seguridad y la formación constante, la bioseguridad asegura que la investigación se realice de forma ética y responsable.
Al relacionar la bioseguridad con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, encontramos una relación directa, especialmente con el ODS 3, “Salud y bienestar”, que promueve el acceso a la salud para todas las personas y la reducción de riesgos sanitarios. En este sentido, la bioseguridad aplicada en investigación previene brotes de enfermedades y protege la salud de los investigadores y las comunidades cercanas. Además, se conecta con el ODS 6, “Agua limpia y saneamiento”, ya que una correcta gestión de residuos biológicos y químicos previene la contaminación de fuentes de agua.
Por otro lado, el ODS 12, “Producción y consumo responsable”, destaca la importancia de generar y utilizar conocimientos de manera sostenible. El trabajo académico alineado con la bioseguridad promueve la investigación en áreas clave, como la biotecnología y la ingeniería ambiental, contribuyendo a soluciones innovadoras para los desafíos globales.
Finalmente, la bioseguridad en la academia refuerza el ODS 15, “vida de ecosistemas terrestres”, al proteger la biodiversidad de posibles contaminantes o agentes patógenos liberados sin control, que podrían poner en riesgo a las especies y ecosistemas locales. Las universidades, como actores clave en la formación de futuros líderes y científicos, tiene la capacidad de incidir positivamente en la construcción de un futuro sostenible mediante la implementación de la bioseguridad en el quehacer académico.
En conclusión, la bioseguridad no es un aspecto aislado del trabajo académico, sino un elemento fundamental para conectar la investigación científica con los principios globales de desarrollo sostenible, creando un futuro más seguro, saludable y equilibrado para toda la comunidad.